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viernes, 8 de abril de 2016

La cuarta revolución industrial: lo que significa, cómo responder...

Ya está aquí la cuarta revolución industrial. Pero como todo gran avance, hay muchos factores y aristas que debemos revisar, pues de no tomarlos en cuenta pueden desatar consecuencias nada positivas.

Klaus Schwab, fundador y Executive Chairman del World Economic Forum compartió en el sitio "Foreign Afairs" un artículo que la verdad nos parece de lectura indispensable, para quienes ya estamos involucrados en esta nueva manera de hacer las cosas.

Así pues, compartimos una traducción de este artículo:

-"Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos entre sí. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será independiente de todo lo que el género humano haya experimentado antes. Todavía no sabemos exactamente cómo va a desarrollarse, pero una cosa es clara: la respuesta a la misma debe ser integral, completa, que abarque todos los actores dentro del sistema de gobierno mundial, de los sectores público, privado, el sector educativo y obviamente ala sociedad civil.

A modo de antecedentes históricos de acontecimientos similares, la primer revolución industrial utilizó la energía del agua y el vapor para la producción mecanizada. La segunda, aplicó la en aquel entonces recién nacida energía eléctrica para hacer más eficiente y voluminosa la ya creciente producción en masa. La electrónica y más concretamente la aplicación de esta en la forma de los Circuitos Integrados como los son los Procesadores, los Micro Controladores, etc. para la automatización de la Producción marcaron el inicio de lo que fue la Tercera Revolución Industrial. Ahora, una cuarta revolución industrial se está construyendo sobre los sólidos cimientos de la tercera. Esta nueva revolución no es otra que la revolución digital que ha estado ocurriendo desde mediados del siglo pasado. Se caracteriza por una fusión de tecnologías que está borrando los límites entre las esferas físicas, digitales y biológicas.

Hay tres razones por las que esta nueva revolución industrial no representan una prolongación de la tercera revolución industrial, sino más bien se consolida como la llegada de un cuarta y muy distinta: la velocidad, el alcance y el impacto de sistemas.

La velocidad de los avances actuales no tiene precedente histórico. Cuando se compara con anteriores revoluciones industriales, la Cuarta está evolucionando de manera exponencial en lugar de hacerlo a un ritmo lineal. Por otra parte, está irrumpiendo y está siendo aceptada en casi todas las industrias en todos los países. La amplitud y profundidad de estos cambios anuncian la transformación de los sistemas enteros de producción, la gestión y la gobernabilidad.

Tan sólo la posibilidad que hoy tienen miles de millones de personas de estar conectadas a través de dispositivos móviles, que a su vez dichos dispositivos poseen alcances sin precedentes de procesamiento, capacidad de almacenamiento, amén de poder tener acceso al conocimiento de forma ilimitada.

Estas posibilidades se multiplicarán por los avances tecnológicos emergentes en campos como la inteligencia artificial, la robótica, la Internet de las Cosas, vehículos autónomos, impresión 3-D, la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de materiales, almacenamiento de energía y la computación cuántica.

La inteligencia artificial ya está por todas partes. Desde los coches de auto-conducción y los aviones no tripulados (drones) hasta los asistentes virtuales y el software para traducción cuasi simultánea.

Se ha logrado grandes progresos en la Inteligencia Artificial en los últimos años, debido a incrementos exponenciales en la potencia de cálculo y por la disponibilidad de grandes cantidades de datos, todo ello con aplicaciones que van desde el software utilizado para descubrir nuevos fármacos y hasta los algoritmos utilizados para predecir nuestros intereses culturales.

Las tecnologías de fabricación digital, por su parte, están interactuando con el mundo biológico diariamente. Ingenieros, diseñadores y arquitectos están combinando diseño computacional, la fabricación aditiva, la ingeniería de materiales, y la biología sintética para ser los pioneros de una simbiosis entre los microorganismos, nuestros cuerpos, los productos que consumimos e incluso los edificios que habitamos.

Retos y oportunidades

Al igual que las revoluciones que la precedieron, la cuarta revolución industrial tiene el potencial de aumentar los niveles de ingresos globales y mejorar la calidad de vida de las poblaciones de todo el mundo.

La tecnología ha hecho posibles nuevos productos y servicios que aumentan la eficiencia y el placer de nuestra vida personal cotidiana. Actos tan mundanos como solicitar un taxi, reservar un vuelo, la compra de un producto, hacer un pago, escuchar música, ver una película o jugar un juego, hoy ya no se pueden concebir si no se puede contratar y/o disfrutar de forma remota.

En un futuro no tan lejano (o más bien cercano), la innovación tecnológica dará lugar al milagro de la oferta, con ganancias a largo plazo en la eficiencia y la productividad. Solo como un ejemplo, esto causará que los costos de transporte y comunicación descenderán, las empresas y/o áreas de logística y cadenas de suministro globales llegarán a ser más eficaces y el costo del comercio disminuirá, abriendo nuevos mercados e impulsando el crecimiento económico.

Al mismo tiempo, como lo señalan los economistas Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, la cuarta revolución podría producir una mayor desigualdad, sobre todo en su potencial para perturbar los mercados de trabajo (caso UBER). A medida que la automatización sustituye a la mano de obra a través de toda la economía, el desplazamiento neto de trabajadores por máquinas (o aplicaciones) podría exacerbar la brecha entre los rendimientos del capital y los rendimientos del trabajo. Por otro lado, también es posible que el desplazamiento de los trabajadores por tecnología, en conjunto, resulte en un aumento neto de puestos de trabajo seguro y gratificante. Trabajo es una actividad, no un lugar.

No podemos prever en este punto cuál será el escenario más probable y la historia sugiere que el resultado sea una combinación de los dos. Sin embargo, estamos convencidos de una cosa: que en el futuro la suma del talento más de la capital, será el factor crítico de la producción. Esto dará lugar a un mercado laboral cada vez más segregados en "baja cualificación / bajos salarios" y "segmentos de alta capacidad / alta de pago", que a su vez dará lugar a un aumento de las tensiones sociales.

Además de ser una preocupación económica clave, esta desigualdad representa la mayor preocupación social asociada con la cuarta revolución industrial. Los mayores beneficiarios de la innovación tienden a ser los proveedores de capital intelectual y físico (los innovadores, los accionistas y los inversores), lo cual explica la creciente brecha de riqueza entre los dependientes del capital contra el trabajo.

Por lo tanto, la tecnología es una de las principales razones por las que los ingresos se han estancado o incluso han disminuido, para una mayoría de la población en los países de altos ingresos. La demanda de trabajadores altamente cualificados ha aumentado, mientras que la demanda de trabajadores con menos educación y menos calificados ha disminuido, dando por resultado un mercado de trabajo con una fuerte demanda en los extremos altos y bajos, pero un vaciamiento de los niveles intermedios.

Esto ayuda a explicar por qué tantos trabajadores están desilusionados y temeroso de que sus ingresos reales y las de sus hijos continúen estancándose. También ayuda a explicar por qué las clases medias de todo el mundo están experimentando cada vez más esa sensación generalizada de insatisfacción y falta de equidad. Una economía en la que “el ganador se lleva todo” que ofrece acceso limitado a la clase media, es la receta para el malestar democrático.

El descontento también puede ser alimentado por la omnipresencia de las tecnologías digitales y la dinámica de intercambio de información tipificados por los medios de comunicación social. Hoy más del 30 por ciento de la población mundial utiliza las plataformas de medios sociales para conectarse, aprender y compartir información. En un mundo ideal, estas interacciones proporcionarían una oportunidad para el entendimiento y la cohesión entre las culturas.

However, they can also create and propagate unrealistic expectations as to what constitutes success for an individual or a group, as well as offer opportunities for extreme ideas and ideologies to spread.

Sin embargo, también son el medio ideal para propagar las expectativas poco realistas que al final redunden en el éxito de un individuo o un grupo, así como ofrecer la oportunidad que esperaban las ideas y las ideologías extremas. (ISIS).

El impacto en los negocios

Un tema subyacente en conversaciones con los CEOs globales y altos ejecutivos de empresas es que la aceleración de la innovación y la velocidad con las que se dan las consecuentes perturbaciones al “status quo” político y de negocios, son difíciles de comprender o anticipar y que estos conductores constituyen una fuente de constante sorpresa, incluso para el mejor conectado y más bien informados. De hecho, en todas las industrias, hay una clara evidencia de que las tecnologías que sustentan la cuarta revolución industrial están teniendo un gran impacto en las empresas.

Por el lado de los proveedores, muchas industrias están siendo testigos de la introducción de nuevas tecnologías que a la postre están creando formas completamente nuevas para cubrir a las necesidades existentes, alterando significativamente las cadenas de valor de la industria ya existentes. La disrupción  está fluyendo principalmente desde competidores ágiles e innovadoras que, gracias al acceso a las plataformas digitales globales para la investigación, desarrollo, marketing, ventas y distribución, puede llegar desplazar a los operadores tradicionales bien establecidos, más rápido que nunca, mediante la mejora en la calidad, la velocidad o precio al que se entregan productos y servicios con el mismo o mejor valor.

Los grandes cambios también están sucediendo del lado de la demanda. Con la creciente transparencia, participación de los consumidores y los nuevos patrones de comportamiento de estos (cada vez construida sobre el acceso a las redes móviles y datos), están obligando a las empresas a adaptar nuevas, más transparentes y eficientes forma de diseñar, comercializar y entregar productos y servicios.

Una tendencia clave es el desarrollo y habilitación de plataformas tecnológicas que combinan tanto la demanda como la oferta de manera disruptiva, perturbando las estructuras existentes de la industria, tales como los que podemos ver en el "intercambio" o la economía "a la carta".

Estas plataformas tecnológicas, la mayoría de ellas potenciada por la enorme popularización de los teléfonos inteligentes, han convencido a las personas y han producido cambios drásticos en cómo ahora se consumen (y generan) datos, dando por resultado cambios sustanciales en el proceso del consumo de bienes y servicios. Todo esto además ha disminuido las barreras que había entre empresas e individuos para crear riqueza, así como la alteración de los entornos personales y profesionales de los trabajadores. Estos nuevos negocios basados en las nuevas plataformas se multiplican rápidamente en muchos nuevos servicios.

En general, hay cuatro puntos principales en donde se sienten desde ya, los efectos que la cuarta revolución industrial ha generado expectativas del cliente, mejora del producto, innovación colaborativa y formas de organización.

Sea desde los consumidores o negocios, los clientes son cada vez más el epicentro de la economía. De lo que se trata de mejorar la forma en se ofertan, venden y entregan productos y servicios a los clientes mejorando toda la experiencia con capacidades digitales que aumentan el valor.

Las nuevas tecnologías hacen activos más durable y más adaptables a los cada vez más rápidos cambios, mientras que los datos (cada vez más grandes y bastos) y los análisis de éstos están transformando la forma en que se da mantenimiento a dichos activos (Big Data). Estamos ante un nuevo mundo de experiencias para los clientes, con servicios basados en datos y la búsqueda de un mayor rendimiento de los activos a través de análisis, que por su parte disparan requerimientos de nuevas formas de colaboración, especialmente teniendo en cuenta la velocidad a la que la innovación y la disrupción se llevan a cabo.

Y a modo de cereza (o guinda) del pastel, la aparición de plataformas globales y otros nuevos modelos de negocio, significa que el talento, la cultura y las formas de organización tendrá que ser reconsideradas.

En general, el cambio inexorable desde la simple digitalización (la tercera revolución industrial) a la innovación basada en combinaciones de tecnologías (la cuarta revolución industrial) está obligando a las empresas a reexaminar la forma de hacer negocios. Mas sin embargo en escencia, los líderes de negocios y altos ejecutivos necesitan entender su entorno cambiante, desafiar las suposiciones de sus equipos de operación y sin descanso, innovar continuamente.

El impacto en el gobierno

A medida que los mundos físicos, digitales, y biológicos sigan convergiendo, las nuevas tecnologías y plataformas permitirán el surgimiento de cada vez más ciudadanos comprometidos y exigentes con sus gobiernos, expresar sus opiniones, coordinar sus esfuerzos e incluso eludir la supervisión de las autoridades públicas.

Al mismo tiempo los gobiernos obtendrán nuevas y más potentes herramientas tecnológicas, para aumentar su control sobre las poblaciones, sobre la base de los sistemas de vigilancia generalizada y la capacidad de controlar la infraestructura digital. En general sin embargo, los gobiernos van a enfrentar cada vez más presión para cambiar su enfoque actual de la participación pública y la formulación de políticas, ya que su papel central de la conducción de la política disminuye debido a las nuevas fuentes de competencia y la redistribución y descentralización del poder que las nuevas tecnologías hacen posible.

En última instancia, la capacidad de los sistemas de gobierno y las autoridades públicas para adaptarse determinará su supervivencia. Sólo los gobiernos que resulten capaces de abarcar todo un mundo de cambio disruptivo, sometiendo sus estructuras a los niveles de transparencia y eficiencia que les permita mantener su ventaja competitiva, van a trascender. Si ellos no pueden evolucionar, se enfrentarán a problemas cada vez más crecientes.

Esto será especialmente cierto en el ámbito de la regulación. Los sistemas actuales de las políticas públicas y la toma de decisiones ha evolucionado junto con la segunda revolución industrial. Ese tiempo cuando los responsables tenían tiempo para estudiar un tema específico y desarrollar la respuesta necesaria o marco regulatorio apropiado. Al final pues podemos ver que todo ese proceso fue diseñado para ser lineal y mecanicista, siguiendo un estricto "de arriba abajo". Sin embargo un enfoque de este tipo ya no es factible. Dado el rápido ritmo de cambio y los efectos generales de la cuarta revolución industrial, los legisladores y los reguladores se enfrentan a un reto sin precedentes y en su mayor parte, por sobre todo en América Latina, están demostrando ser incapaces de hacer frente a la cuarta revolución industrial.

¿Cómo entonces pueden los políticos y legisladores de hoy preservar el interés de los contribuyentes y el público en general sin dejar de apoyar la innovación y el desarrollo tecnológico? Entendiendo y sabiendo evolucionar a la par de la gobernabilidad "ágil", así como el sector privado se ha adoptado cada vez más respuestas ágiles para el desarrollo de software y operaciones de negocios en general. Esto significa que los políticos y legisladores deben adaptarse continuamente a un nuevo entorno que cambia rápidamente, reinventándose a sí mismos para que puedan entender realmente qué es lo que están legislando, administrando, regulando. Para ello los gobiernos y los organismos reguladores tendrán que colaborar estrechamente con las empresas y la sociedad civil.

La cuarta revolución industrial también impactará profundamente la naturaleza de la seguridad nacional e internacional, que afecta tanto a la probabilidad y la naturaleza del cualquier conflicto. La historia de la guerra y la seguridad internacionales es la historia de la innovación tecnológica y hoy no es la excepción. Podemos observar cómo en los conflictos modernos están implicados algunos Estados de naturaleza cada vez más "híbridos", combinando técnicas tradicionales del campo de batalla con elementos previamente asociados con los agentes no estatales. La distinción entre la guerra y la paz, combatiente y no combatiente e incluso la violencia y la no violencia (recordemos la guerra cibernética) se está convirtiendo en algo incómodamente borroso.

A medida que este proceso se lleva a cabo y las nuevas tecnologías, tales como las armas autónomas o biológicos son más fáciles de usar, los individuos y los grupos pequeños se unirán cada vez más estados en los que es capaz de causar un daño masivo. Esta nueva vulnerabilidad dará lugar a nuevos temores, pero al mismo tiempo, los avances en la tecnología creará el potencial de reducir las dimensiones y efectos de esta violencia, a través del desarrollo de nuevos modos de protección o una mayor precisión en la focalización.

El impacto en las personas

Finalmente podremos ver como la cuarta revolución industrial va a cambiar no sólo lo que hacemos, sino
también lo que somos. Afectará a nuestra identidad y todos los problemas asociados a ella: nuestro sentido de privacidad, nuestras nociones de propiedad, nuestros patrones de consumo, el tiempo que dedican al trabajo y el ocio, la forma en que desarrollamos nuestras carreras, cultivemos nuestras habilidades, conozcamos más gente y fomentemos las relaciones. La lista es interminable, ya que ahora más que nunca nuestra imaginación es el límite.

Soy un gran entusiasta y de los primeros en adoptar la tecnología, pero a veces me pregunto si la integración inexorable de la tecnología en nuestras vidas podría disminuir algunas de nuestras capacidades humanas por excelencia, como la compasión y la cooperación. Nuestra relación con nuestros teléfonos inteligentes es un ejemplo de ello. La conexión constante nos puede privar de uno de los activos más importantes de la vida: el tiempo para hacer una pausa, reflexionar y entablar conversación.

Uno de los mayores desafíos particulares que plantean las nuevas tecnologías de la información es la privacidad. Instintivamente entendemos por qué es tan esencial, sin embargo el seguimiento y el intercambio de información acerca de nosotros es una parte crucial de la nueva conectividad. Los debates sobre cuestiones fundamentales tales como el impacto en nuestras vidas interiores y la pérdida de control sobre nuestros datos, se harán más intensas en los próximos años.

Del mismo modo, las revoluciones que se producirán en la biotecnología y la Inteligencia Artificial, redefinirán lo que significa ser humano modificando considerablemente los umbrales actuales de la duración de la vida, la salud, la cognición y capacidades. Simplemente nos obligará a redefinir nuestros límites morales y éticos.

Dando forma al futuro

Ni las tecnologías ni la inminente disrupción que vienen con la cuarta revolución industrial son  fuerzas ajenas a los seres humanos. Todos somos responsables de guiar su evolución, en las decisiones que tomamos a
diario como ciudadanos, consumidores y/o inversionistas. Por tanto debemos aprovechar la oportunidad y el poder que tenemos para dar forma a la cuarta revolución industrial, para dirigirla hacia un futuro que refleje nuestros verdaderos objetivos y valores comunes.

Sin embargo,debemos desarrollar una visión global y común en todo el mundo de cómo la tecnología está afectando nuestras vidas y tener plena conciencia cual es y será la reorganización de nuestros entornos económicos, sociales, culturales y humanos. Nunca ha habido un momento de mayor promesa o de un mayor peligro potencial. Más aún que quienes toman las decisiones se ven atrapados muy a menudo en el pensamiento tradicional, lineal o demasiado absorbidos por las múltiples crisis que exigen su atención. Ahora ellos y ellas están obligados a pensar de forma más estratégica que exige esta disrupción y la innovación para la reconfiguración de nuestro futuro.

Al final todo se reduce a las personas y los valores. Necesitamos dar forma a un futuro que funcione para todos nosotros poniendo a la gente como lo más importante y luego dándoles el poder. En su forma más pesimista, pensando de manera pesimista y deshumanizada, la cuarta revolución industrial tiene el potencial de "robotizar" a la humanidad y por lo tanto privarla de todo corazón y alma. Por otro lado y pensando de manera optimista, ésta cuarta revolución industrial puede ser el perfecto complemento de las mejores facetas y características de la naturaleza humana: la creatividad, la empatía, la administración elevando a la humanidad a una nueva conciencia colectiva y moral basado en un sentido compartido de su destino. Es responsabilidad de todos nosotros asegurarse de que esta última visión prevalezca."-

Como menciona Klaus Schwab, los seres humanos somos los primeros responsables. De nada servirá si la cuarta revolución industrial se convierte en una disrupción nefasta, culpar a la tecnología.

¿Estamos preparados para La Cuarta Revolución Industrial?

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