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lunes, 14 de enero de 2019

Los consumidores demandan más Inteligencia Artificial

Cuando se toca el tema de la Inteligencia Artificial, vemos como aún existe mucho desconocimiento del tema incluso por personas y empresas que operan (y desde hace mucho tiempo) en círculos afines o dentro del ámbito de las Tecnologías de la Información.

Que decir de quienes recordando viejas (y nuevas) películas en donde incluso sólo se nombran las dos palabras: Inteligencia y Artificial, en un 80% de ellas se menciona como sinónimo de un demonio, el enemigo a vencer.

Cuando a esto se suma La Cuarta Revolución Industrial y una multitud que (en la mayoría de los casos) con tal de publicar una "noticia" sensacionalista tocan el tema como -"...aquello que nos quitará el trabajo a todos"-, creemos que entonces vale la pena aclarar algunos puntos importantes.

Para empezar, ¿qué es eso de la inteligencia? -"Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad."- Concisa y directa, esta es nuestra definición favorita y la tomamos del diccionario que ofrece Google.

Desde siempre, se ha considerado desde muchos puntos de vista, que la Inteligencia es una cualidad exclusiva y hasta privativa de los Seres Humanos. Pero el día a día y estudios muy serios que se han llevado a cabo en prestigiosas Universidades de todo el mundo, han concluido que hasta los organismos más sencillos, poseen (en su correcta proporción, alcances y limitaciones) inteligencia.

Apegándonos a la definición que incluimos hace dos párrafos, para poder considerar que una entidad biológica (un animal, una persona, cualquier organismo viviente pues) tiene inteligencia, debe de poder (de manera intrínseca y natural) contar con:

Capacidad para aprender.- Adquirir conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia, en especial de los conocimientos necesarios para poder realizar correctamente cualquier actividad, como algún arte u oficio.

Entendimiento.- Facultad de la mente que permite aprender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad.

Razonamiento.- Establecer relación entre ideas o conceptos distintos para obtener conclusiones o formar un juicio.

Tomar decisiones.- Elección de una opción de un asunto, después de analizar toda la información que se tiene sobre el tema.

Formarse una idea de la realidad.- Con todo lo aprendido, entendido, con el razonamiento y la experiencia previa y los resultados de tomar ciertas decisiones, tener conocimiento de dónde, cuándo, cómo y bajo qué condiciones se está.

Bien. Ahora aplicando esto a un ser humano, podemos entonces decir que se puede considerar inteligente a quien puede aprender, entender, razonar, decide y tiene idea de su realidad. ¿Y esto se puede aplicar a organismos no vivientes como las máquinas?

Una máquina no es otra cosa que un ingenio ideado, creado y operado por nosotros, los Seres Humanos para subsanar una necesidad, realizar un trabajo  de manera rápida, segura y precisa. Así pues y por defecto, algo tan simple como un polipasto, una palanca, un mecanismo cualquiera que este sea, requiere ser operado por una persona que se considera inteligente.

La Primer Revolución Industrial, consistió en sustituir los músculos y la energía humana, por el flujo del agua en estado líquido o en estado gaseoso (vapor). Pero aún era necesario alguien inteligente para operarla, aunque ya bajo las nuevas condiciones, sin una musculatura desarrollada.

En la Segunda Revolución Industrial, se sustituyó el flujo de moléculas de agua en estado líquido o gaseoso, por un flujo de electrones: Electricidad. Más confiable, más predecible, más precisa la electricidad mostró ser un excelente aliado de fábricas, oficinas e incluso los hogares. Pero aún era necesario una persona que tuviese cierto entrenamiento, experiencia, supiese tomar decisiones y actuar en consecuencia, para poder operar estas máquinas.

Es en la Tercera Revolución Industrial y tras la invención del Transistor y posteriormente micro-controladores y procesadores (encapsulados en Circuitos Integrados), los que comenzaron a dotar a las máquinas con la habilidad de tomar decisiones dependiendo de las variables del entorno, dando la impresión de ciertas dotes de inteligencia, pero realmente estos ingenios electrónico-mecánicos aún no podían aprender o tener consciencia de su lugar en el tiempo y/o el espacio.

Es ahora con la Cuarta Revolución Industrial, que gracias a los inmensos avances de la informática que podemos afirmar que, la Inteligencia Artificial ha nacido.

Cierto que todo se reduce a la aplicación de algoritmos complejos, que pueden hacer aprender, entender, tomar decisiones y todo esto por contar con sensores que dotan a la máquina con algo parecido a los cinco sentidos humanos, amén de contar con una unidad de procesamiento que hace las veces de un cerebro y obviamente, poder actuar de manera independiente a esas condiciones de su entorno (ver Internet de las cosas).

Pero, ¿las máquinas pueden comenzar a razonar, tomar consciencia de su entorno y/o formarse una idea de su propia realidad? Pues tal parece que en estos dos últimos años, empresas como Google, Facebook, IBM y otras tantas que han apostado seriamente por la Inteligencia Artificial, afirman que sus respectivos proyectos ya cuentan con ello.

No ponemos en duda tan osadas afirmaciones. Pero entonces la pregunta a hacerse es: ¿En qué podríamos aplicar una Inteligencia Artificial desde el punto de vista práctico? Hoy en día y valga la redundancia, prácticamente en todo.

¿En dónde podemos afirmar que se puede aplicar con éxito cualquier tendencia tecnológica, y que si ésta resulta exitosa puede trascender a otras áreas del quehacer humano? Nada más y nada menos que la Electrónica de Consumo. Sí.

En el Consumer Electronics Show 2019 que culminó al pasado Viernes 11 de Enero de 2019, quedó claro que para todos los proveedores y fabricantes de dispositivos electrónicos orientados al consumo, que si no incluyen incluyen Inteligencia Artificial intrínsecamente o como complemento a sus funciones que ofrece por diseño, simplemente quedarán fuera del mercado.

También quedó claro que, ese valor agregado que todo consumidor espera de sus dispositivos, es precisamente la inclusión de Inteligencia Artificial.

Y no estamos hablando exclusivamente de los asistentes electrónicos como Alexa de Amazon, Siri de Apple, Google Assistant, Microsoft Cortana o las funcionalidades "Smart" de pantallas de video, dispositivos de cómputo personales, tabletas, laptops, etc. Los electrodomésticos, prendas de ropa (con fines deportivo-recreativos o incluso médicos), calzado, accesorios personales, vehículos, etc.

-"¿No viene de fábrica con Inteligencia Artificial? entonces no lo comrpo"- Ese es el "moto" que ahora el consumidor trae muy instalado en la mente.

El reto entonces es, no solamente la inclusión de esas funcionalidades en una lógica digital, un programa de cómputo, así como actuadores y sensores en lavadoras, secadoras, refrigeradores, etc. es suficiente. Ahora todo esto debe de estar intrínsecamente interconectado con una inteligencia local o vía La Nube.

Así como lo mencionamos en la entrada "Internet de las Cosas, no es conectarlo todo contra todo" del pasado día 7 de Enero de 2019, la Internet de las Cosas y ahora la Inteligencia Artificial (ambas tecnologías derivadas de la Transformación Digital), no pueden ir solas. Requieren de otras tecnologías para poder agregar un verdadero valor a una solución.

Hoy pues, si no viene con su "AI Inside", ya no es atractivo incluso para el Consumidor Final.

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