martes, 13 de diciembre de 2011

¿Por qué ahora virtualizar escritorios?

De inicio mi respuesta a esta pregunta y en este momento en el que ya gocé de la Virtualización de Escritorios de trabajo, sería otra pregunta: ¿Por qué no?

Como sucede en las películas de ahora, tienen a este humilde autor como un pleno convencido de la virtualización, relatándoles cuántos beneficios le trajo esta nueva tendencia de hacer cómputo, pero esta escena se desvanece y de pronto les presenta a mi, el pasado Jueves 8 de Diciembre de 2011, en el Aeropuerto de la Ciudad de México, varado y con la espantosa sorpresa de que mi LapTop ya no "booteaba".

Imagínense mi frustración al ver esa ya muy conocida pantalla azul que el Sistema Operativo de las ventanitas arroja cuando encuentra un problema físico. Mis ojos se abrieron desmesuradamente y la adrenalina subió tan rápido que no tuve tiempo de experimentar el frío que ya hacía en la sala de espera de la Terminal 2 del citado aeropuerto.

Por mi mente pasaron infames ideas y ésta de inmediato comenzó a presentarme un panorama que no auguraba otra cosa que no fuese un desenlace nefasto.

Ya todo un veterano de estas lides, procedí de inmediato a seguir los pasos que ya me habían metafóricamente salvado la vida:

  1. Guardar la calma
  2. Apagar el equipo
  3. Revisar con qué contaba en ese momento
  4. Trazar un plan

No mencionaré la enorme andanada de improperios que me sirvieron de catarsis para poder cumplir con el primer paso. Lo que si es que dentro de ese ritual del insulto a la mala suerte, procedí a la ejecución del segundo paso y apagué la LapTop.

Como ya es todo un hábito en mí, siempre cargo con suficientes unidades USB, disco duro de almacenamiento externo, un "access point" con switch para hasta cuatro puertos ethernet y todo el cablerío y accesorios necesarios para interconectar cuanto artilugio cargo en mi maleta.

Como si fuese un vendedor ambulante, procedí a desempacar todos estos accesorios y colocarlos cuidadosamente en la mesa, de manera que los pudiese ver todos. Tomé mi libreta y mi lápiz y de inmediato me di cuenta que, si podía lograr realizar ciertas tareas, estaría "en línea" en menos de media hora.

Aquí haré la primer pausa para mencionar una interesante reflexión. Durante mucho tiempo y quienes ya me han honrado con la lectura de este Blog, me he declarado como un ferviente seguidor y usuario del Cómputo en La Nube. Por tal motivo es que poseo sendas cuentas de Software como Servicio (SaaS) e Infraestructura como Servicio (IaaS):


  • Google Apps: Para poder tener visibilidad desde cualquier parte, a través de cualquier equipo de cómputo y en el momento que desee de mi Correo Electrónico (GMail); hojas de cálculo, procesamiento de texto y presentaciones (GoogleDocs); así como de agenda y demás artilugios ofimáticos.
  • DropBox: Almacenamiento de mis archivos imprescindibles en La Nube, permitiéndome acceso a ellos sea a través del navegador (Google Chrome, Mozilla Firefox, Safari, Internet Explorer, etc.) o directamente en mi escritorio (Linux, MacOSX o Windows).
  • Mensajería instantánea, redes sociales (Twitter y Facebook), Blog (Google Blogspot)


Volviendo entonces a ese nefasto momento y cerrando la pausa, mencionaré que siempre tengo la precaución de contar con al menos una USB "booteable" con algún sistema operativo (Linux o Windows). En esa ocasión no fue la excepción y de mi cartera salió mi USB Memory Card que por suerte tenía ya UBUNTU Linux 11.10.

Coloqué el USB en uno de los "sockets" que en la LapTop están para tal efecto, encendí el equipo, entré a la utilería del BIOS para asegurarme que iniciara desde mi USB y BINGO !!! Mi equipo estaba vivito y coleando.

Otra cosa muy importante de mencionar es que siempre acostumbro "particionar" el disco duro de mis equipos, dejando una partición mínima para Sistema Operativo y Aplicaciones, y una enorme partición para el almacenamiento de los datos que genero en el "día a día". Esto último fue vital para mi, pues afortunadamente pude "ver" y utilizar mis archivos.

Para continuar, aquí llega la estrella del "Show". Siempre trabajo con máquinas virtuales en mis equipos de escritorio y/o portátiles. ¿Por qué? Pues por que gracias a la propiedad de Encapsulación o Encapsulamiento de la Virtualización, es posible que estos equipos virtuales sean super portátiles.

¿En qué me ayudó esto? Muy sencillo. Simplemente instalé mi VMware Player en el equipo que ya corría con mi USB, le mostré a VMware Player en dónde estaba mi Cápsula (máquina virtual) con la que regularmente trabajo y "voilá !!!". Ya estaba trabajando en el punto en donde había dejado trabajando mi equipo de cómputo.

Ahora bien y aterrizando todo lo anterior, se ve y se observa que gracias a que trabajaba (al menos de manera personal y portátil) con una máquina virtual, es que no sufrí retraso alguno en mi trabajo (así como tampoco pérdida de la información).

Si esto pudo hacer la virtualización "in situ" por mi, ¿Qué no podrá hacer la Virtualización Centralizada de Escritorios de Trabajo? Solo de imaginarlo me parece simplemente fascinante !!!

Bajo el esquema de Infraestructura de Escritorios Virtuales (VDI) no tendría que instalar prácticamente nada en una LapTop, DeskTop o inclusive en una Tablet o hasta en un Thin Client. Mi equipo de cómputo virtual estaría trabajando sin problemas y completito en La Nube.

Sea a través de un Navegador o a través de un "clientecito" que puede ejecutarse en cualquier sistema operativo, simplemente requeriría teclear mi Usuario y Contraseña, para estar de nuevo "en el camino".

 Nuevamente entonces conmino a Usted estimado lector a que valla más allá de la simple consolidación de Servidores, pasando ahora a la virtualización de sus Escritorios de Trabajo. Por experiencia personal puedo decir que fue ésta la que me salvó la vida.

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